
¡No puedo ser tan inútil! ¡No, no, no! Mil veces "¡no!"
Ayer soñé que al salir de una función de ópera en el Teatro Solís veía a Mr. D. ¡Qué momento más emocionante! (Lo mejor de todo era ese aire de seguridad que traslucían mis movimientos mientras me le acercaba). Cuando estoy frente a él, le digo: "I like your eyebrows". ¿Se dan cuenta? ¡Y en inglés!
El pobre Mr. D. me miraba con desconcierto al tiempo que yo me daba cuenta de la estupidez que había dicho. Sí, sí, me miraba con la misma cara que me miró Gandhi cuando (en otro sueño) le dije: "¡Che, qué látima que te mataron, flaco!"