Being Ava Gardner

♥ Comer turrón en un sillón (sí, comí turrón) mientras todos salían a ver los fuegos artificiales. Todo ésto al tiempo que escuchaba "The White Album" de los Beatles. Y, por supuesto, saberse todas las canciones.

♥ Creer que los problemas con mi celular terminarían. Un desliz lo tiene cualquiera.

♥ Ir unos días al "balneario de las divas" y chamuscarse como jamás lo haría una estrella por más fugaz que fuera. Y, por supuesto, ni siquiera tener quién nos pase bien el bronceador. Después... ¡a ver cómo duermen! ¡Ja! A ver si lo intentan. Pero siempre con camisón.

♥ Soportar preguntas del estilo: "¿'El Quijote' tiene 450 páginas? ¿Verdad que sí?", "Yo me pregunto... ¿por qué nosotros pertenecemos al Tercer Mundo y no al Segundo?" Lo importante es no tener objetos contundentes cerca.

♥ Aguantar comentarios tales como: "Me imagino que vos no vas a ir así vestida", "No cambies la emisora. ¡Dejá los 'cantos góticos'!" Se recomienda siempre sonreír y hacer un gesto displicente del tipo "Ay, qué cosas decís".

♥ Ver cómo algún ser hereje pretende quedarse con mis éxitos culinarios. Sí, la idea de hacer las hamburguesas a la parrilla con vegetales asados fue mía. Y la de ponerle muzzarella a todo también.

♥ Pensar enunciados entre paréntesis al final de las emisiones de los seres despreciables que me rodearon. Veamos un ejemplo: "¡Ay! Cuando me case, quiero que Scummy me haga el vestido de novia". Ava piensa: (Si enganchás a alguien, pedazo de una estúpida). Un divertido jueguito.

♥ Ir al shopping con calzas verdes con estampado "animal print". Aguantar miradas de todo tipo y tamaño.

♥ Esperar dos horas en la peluquería e intentar escuchar música en el mp3. Dejar que los oídos se llenen de una ensalada sonora compuesta por secadores de pelo, charlas intrascendentes y canciones alegres.

Ser Ava Gardner implica eso y otras cosas que jamás develaré.